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Quiero conectar a gente de diferente entornos a través de la cocina afgana

Khatere huyó de su hogar en Afganistán en dos ocasiones, y llegó a Suiza con su familia en 2016. Ahora quiere compartir su patrimonio culinario y ha empezado a ofrecer cursos de cocina en línea, así como un servicio de cáterin. El próximo paso es un food truck.

“Khatere” en darí significa “recuerdos encantadores”. A diferencia de lo que dice mi nombre, me cuesta trabajo reflexionar sobre mis recuerdos y compartirlos porque he huido de mi país, Afganistán, en dos ocasiones. Sin embargo, quiero usar mi voz para hacer que la gente comprenda el dolor que se siente al tener que dejar tu hogar y lo difícil que es reconstruir tu vida. 

He estado viviendo en Zúrich durante más de cinco años. El viaje hasta Suiza fue un gran reto para mí y para mi familia. Cuando los talibanes tomaron el poder en 1992, yo tenía seis años y mi familia huyó de Afganistán para refugiarse en Irán. Fue en Irán donde pasé la gran parte de mi infancia. Durante este periodo mi madre empezó a enseñarme a cocinar y así nació mi pasión por la cocina afgana. Me sentí muy orgullosa cuando por fin pude cocinar una cena para mi familia por primera vez.

Volví a Afganistán con mi marido cuando la situación parecía más estable después de los acontecimientos del 11 de septiembre. Sin embargo, los talibanes pronto regresaron y tuvimos que tomar la difícil decisión de volver a irnos. No empezamos a sentirnos seguros hasta que nos encontramos abandonados en un campo de refugiados en Grecia. Las condiciones del campo eran tan precarias que decidimos que mi hija y yo intentaríamos entrar en Suiza con un pasaporte falso después de haber intentado sin éxito continuar el viaje a pie. Más de un año después, finalmente nos pudimos reunir con mi marido y mi hijo en Zúrich, y llevamos aquí juntos desde 2017. 

Para nosotros, siempre ha sido importante poder mantenernos por nosotros mismos, y nos estamos esforzando mucho para reconstruir nuestra vida. Sin embargo, es difícil encontrar un trabajo si no manejas el idioma con fluidez o si no se te reconocen tus títulos. Se me ocurrió empezar mi propio servicio de comida, gracias al apoyo de una joven estudiante suiza llamada Kira. Me sentí inspirada para compartir los tesoros culinarios que mi madre me había enseñado como una forma de conectar a la gente de diferentes entornos culturales. 

Fundamos Afghan Laziz en 2021. Esto no habría sido posible sin la ayuda de Capacity Zurich, una incubadora de talento y startup para refugiados o inmigrantes. En 2020, participé en su programa para la iniciativa empresarial y mejoré mis habilidades para los negocios. Con su ayuda, pude convertir mi idea en un negocio real. 

Han pasado muchas cosas desde entonces. Empezamos a ofrecer cursos de cocina en línea como respuesta a la pandemia de la COVID-19, y hemos establecido un servicio de cáterin. Ahora estamos preparando nuestro siguiente paso: un food truck para llevar la cocina afgana a las calles de Suiza. Tengo la esperanza de que esto me proporcione un medio de subsistencia para mí y para mi familia, y me permite compartir mi gran pasión con la gente de Suiza: la cocina de mi país de origen.