"Me encanta cocinar. Es mi pasión", dice Mauboubeh, una joven persa que llegó a Italia hace unos años. En 2019, después de recibir asilo político, tuvo la oportunidad de participar en el programa de empleabilidad e inclusión apoyado por la Cruz Roja de Milán, una ONG socia de The Human Safety Net en Italia. El proyecto tiene como objetivo formar profesionalmente a solicitantes de asilo y refugiados/as y ayudarlos a ingresar al mundo laboral.
Luego de un proceso inicial de empoderamiento encaminado a fortalecer sus habilidades relacionales y blandas, eventualmente se apasionó por el arte de hornear pan y preparar pasta artesanal.
Poco después, Mauboubeh encontró trabajo en un restaurante italiano cerca del Duomo de Milán, donde se unió a un chef boloñés que le enseñó a hacer pasta rellena, como tortellini y ravioli. Fueron meses intensos en la cocina que le permitieron adquirir la técnica y sumergirse por completo en la cultura italiana.
Cuando llegó la pandemia de Covid-19, la despidieron pero no perdió el corazón.
"Durante este momento difícil, no estuve sola. Además de mi esposo, pude contar con la ayuda de un voluntario de la Cruz Roja de Milán que me apoyó en la búsqueda de nuevas experiencias y posibles oportunidades laborales. ¡Así logré encontrar una nueva posibilidad en un hermoso restaurante donde pudiera mostrar mi talento en la cocina!"